martes, noviembre 29, 2016

De Green Cross a Chapecoense

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La foto carcomida por el paso de las décadas, corresponde al primer equipo de Green Cross, de la liga chilena, siniestrado el 3 de abril de 1961, al caer su avión en el cerro Las Ánimas, provincia de  Linares, en el sur de nuestro país. 

Antes y después de aquella mueca de espanto en su más alta expresión, nueve equipos del fútbol mundial en total, han debido desintegrarse por imperio de la mala fortuna. No otra cosa es que varios futbolistas de aquel Green Cross, para evitar las escalas múltiples que iba a hacer otro aparato aéreo en la ruta Osorno- Santiago,  cambiaron pasajes con sus compañeros que tenían boletos para el vuelo sin final, salvando providencialmente con vida los segundos y sometiéndose a la fatalidad los otros.

55 años más tarde, cuando parecía que el viaje de Chapecoense, el equipo actualmente sensación de Brasil, iba a llevar a sus jugadores a la gloria deportiva si es que ganaban en las finales de Copa Sudamericana a Nacional de Colombia, un lamentable acontecimiento sacudió las redacciones deportivas en todo el mundo: Avión de la línea Lamia se estrella cerca del aeropuerto de Medellín en Colombia, con 75 pasajeros (luego se modificó la cifra a 71) y 6 tripulantes.Viajaba allí la delegación del club brasileño.

Un club humilde, originario de la localidad de Chapecó al sur de Brasil, a 1.300 kilómetros de Río de Janeiro, en el Estado de Santa Catarina y que estuvo a punto de hacer noticia por la hazaña que significaba ganar la Sudamericana o al menos por haber llegado a esa final, la hace por esta tragedia lacerante.

Los que hace rato peinamos canas y que vivimos de cerca el drama de la caída del vuelo de Green Cross, encontramos coincidencias impactantes. Esa vez el astro argentino Eliseo Mouriño, de figura en Boca Juniors, pasaba a engrosar las filas "grincrosinas". Recién llegado y todavía sin entrenar con sus nuevos compañeros, decidió acompañarlos en el viaje a Osorno para un partido de Copa Chile. Por los azares del destino fue una de las víctimas. En cambio, Ernesto Álvarez, luego gran figura en la U en tiempos del ballet azul, salvó su vida por haber estado lesionado y quedarse en Santiago. Lo mismo Gustavo Albella, más adelante goleador notable del fútbol chileno desde el mismo Green Cross. Una afección en una pierna también lo dejó en la capital.

La comparación de los imponderables que marcan la leve distancia entre la vida y la muerte, se hizo presente en el accidente actual, porque el hijo del entrenador del equipo, Caio Junior, solamente acompañó a su padre a Sao Paulo y no pudo continuar hacia tierras colombianas, debido a que descubrió  en la capital industrial de Brasil que andaba sin pasaporte. Se le había quedado en casa.

Alejandro Martinuccio, argentino, quién en circunstancias normales debería haber viajado con toda seguridad para ser titular, se quedó sin hacerlo por una lesión, tal como Álvarez y Albella hace 55 años tuvieron que quedarse en la capital de Chile.

Toda la prensa mundial abunda en detalles acerca  de la trágica muerte de la mayor parte de los futbolistas, su cuerpo técnico, dirigentes y  periodistas que acompañaban a la delegación, de modo que no hace falta hurgar en la impactante herida. Simplemente como  sobreviviente no del vuelo de Green Cross, sino de esa lejana época, lo de Chapecoense me trae a la memoria cuando se esfumó esa generación del "Grin", junto con las coincidencias que tanto ahora como entonces significaron vidas que se salvaron. 

Recuerdo desde aquellos esbozos iniciales de mis relatos deportivos, entre otros, a Dante Coppa, brillante arquero de "la cruz verde"(quinto en la foto, fila de arriba), parando hasta el viento en el hace años desaparecido Estadio Municipal de Ñuñoa, en la zona que hoy  pertenece a la comuna de La Reina. Con incondicionalidad, su esposa lo acompañaba desde la tribuna partido a partido. Fue uno de los que ganó la inmortalidad en ese vuelo sin llegada y hago el parangón con Tiaginho de Chapecoense, quién fue informado durante el viaje a Colombia que sería papá. Por desgracia su hijo próximo, nunca lo podrá conocer. Y en cuánto a Green Cross, tal como el Estadio Municipal de Ñuñoa, ese club tan antiguo como el buen vino, tampoco existe ya.

domingo, noviembre 20, 2016

Las mujeres y El Vaticano

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No soy católico, pero sí lo es mi esposa, con gran unción y compromiso. También una hija de manera muy activa y mi hijo de modo pasivo. Por tanto tengo un profundo respeto por esa fe y enorme afinidad con ella. 

En ese marco, por cierto que me alegró la disposición de medidas modernas y muy personales del Papa Francisco, sobre todo en los primeros tiempos de su gestión. No obstante ahora último me he sorprendido negativamente con dos resoluciones que han resultado muy controvertidas. Una de ellas es la indicación a los fieles  acerca de la necesidad de contratar en alguna parroquia o similar un espacio para guardar las cenizas de los deudos en caso de incineración, sin aceptarse tampoco ceremonias de las cuales ha habido emocionantes episodios en cuanto a lanzar las cenizas al mar o a la tierra amada por el fallecido, muchas veces a solicitud del mismo en vida.

Pero también hay argumentos en contrario que avalan la decisión, como aquella de querer evitar la acción de descendientes del deudo al cabo de los años, quienes sin mayor vinculación cercana con el occiso pudieran despreciar sus cenizas, sin ningún miramiento de conservación.

El otro punto es el que me genera asombro. El Papa ha rechazado una vez más y en forma terminante que las mujeres tengan mayor preponderancia en las directrices y en todo el mundo eclesiástico."Todos los apóstoles en época de Jesucristo eran varones" o bien "Ya Juan Pablo II había desestimado el punto", ha dicho el Pontífice argentino. No importa que los apóstoles de Cristo hayan sido solamente del sexo masculino hace dos mil años y que desde entonces las mujeres de ser semiesclavas de sus hombres, hoy estén a la par  en prácticamente todo el acontecer humano.

El análisis normal de quién ve en cada rincón de la tierra la enorme capacidad de la mujer en términos de valor, entrega, abnegación, inteligencia,  sabiduría, conocimientos, empuje y capacidad de amar, es naturalmente proclive a preguntarse por qué ellas no pudieran ser igualmente notables predicadoras dominicales y curas de excepción. Como mínimo.

Diré una vez más, la antigua frase periodística chilena: "Al menos...así lo pienso yo".

jueves, noviembre 10, 2016

Brazo en cabestrillo

Estimados amigos, tengo un brazo en cabestrillo y es el derecho. Soy nulo como zurdo, de modo que me alejo del blog hasta pronto...espero. 

Afectuosos saludos.

sábado, noviembre 05, 2016

Con Sor Teresa de Calcuta en Chile, 1982

Cuando hace poco el Papa Francisco canonizó a Sor Teresa de Calcuta por su incansable servicio a los pobres, se me ocurrió bromear con un nieto y le dije que cierta vez me había fotografiada con una Santa.

El descendiente no me creyó mucho, hasta que le mostré la imagen, que además no se parecía a  la religiosa en sus tiempos finales, porque databa del ya lejano año 1982. 

Esa vez en el recinto de la Municipalidad de Santiago, el alcalde de entonces, Carlos Bombal, le rindió un homenaje.

Como se puede comprobar sin mayor dificultad, mi calvicie ya venía de esos tiempos...y de antes también. Fue para mí un año pleno de reportajes importantes y variados. Tanto que meses después tuve la fortuna de vivir en directo el Mundial de Fútbol en España, estando a cargo para mi radio de las entrevistas en idioma alemán a las delegaciones de ese país y de Austria, rivales de Chile en la serie junto a Argelia.

Lo único negativo es que en la cancha nuestra selección nacional, de soberbio comportamiento en las eliminatorias, perdió sus tres partidos y quedó fuera. Pero como Alemania llegó a la final y había que seguir reportando y traduciendo, me tocó viajar después de Gijón y Oviedo a Madrid, con lo que también llegué a la final, mientras  que los jugadores y parte del grupo radial del que yo participaba, ya hace semanas que estaban de vuelta en Chile.

Fue una transmisión que empezó con la enorme cantidad de dieciséis personas solamente  de nuestra emisora, porque el dólar estaba  inmensamente barato en mi nación. Como iban también otras radios y la Televisión Chilena, aparte de centenares de hinchas, las calles de Asturias se llenaban de compatriotas. 

Pero ya en la capital hispana la cosa cambió y de los dieciséis reporteros, técnicos, comentaristas y relatores iniciales, cuando jugaron la final Italia y Alemania, con el triunfo de la "azzurra", quedábamos apenas cuatro. Si fuera católico, yo debería pensar que Sor Teresa de Calcuta me había bendecido.

Teresa de Calcuta nació en lo que actualmente es Macedonia en 1910 y murió en la India en 1997.