miércoles, julio 25, 2012

JJ.OO. super electrónicos




Recuerdo los Juegos Olímpicos de 1948, también efectuados en Londres. Yo tenía 12 años de edad y me conmovía con las hazañas de los deportistas vía diarios y la desaparecida revista Estadio, pero sobretodo por la magia de la radiodifusión.

Era para no creer que la misma BBC que desde sus poderosas ondas cortas nos hacía llegar hasta pocos años antes las noticias de la Segunda Guerra Mundial, ahora llenara nuestras mentes de fantasía, al poder imaginar con emocionantes relatos la forma en que los atletas provenientes de tantos países daban curso a sus éxitos.
No olvido las menciones a la digna actuación del básquetbol chileno en la fiesta aquella, en una ciudad que pocos años antes en lugar de vibrar con tan diversas justas deportivas, recibía desde el aire andanadas de terror enmarcadas en un despiadado bombardeo, mientras su líder político, Winston Churchill, solamente podía ofrecer a la consternada población, sangre, sudor y lágrimas. Pero súbitamente todo había cambiado.

Por supuesto todavía no habían nacido los cómodos radioreceptores con batería o pilas.
Ubicado junto al mismo aparato de enorme tamaño en que mi padre seguía hasta 3 años antes la transmisión en alemán de la misma BBC,  con el recuerdo de su propia estada en un campo de concentración nazi,  mientras vibraba con el avance de las tropas aliadas contra Hitler, yo ahora me alborozaba  con el relato espectacular en castellano de un narrador bonaerense de la emisora británica, quién a voz en cuello y a pocos metros de la meta ya anticipaba que “un argentino va a ganar la maratón”. Era Delfor Cabrera, medalla de oro en la prueba de los 42 kilómetros, a la que solamente con los años le íbamos a cambiar el género y llamarle “él” maratón.
El hecho es que para mis 12 años de edad eso de la radio era mágico y los JJ.OO. de Londres 1948, quedaron en mi recuerdo como una hazaña del deporte…y de las comunicaciones.

Imaginen lo que siento en nuestros días, con estos nuevos juegos en tierra británica, después de haber estado por más de medio siglo en el mismo mundo de las comunicaciones, cuando los satélites son capaces de traernos las diversas pruebas en fantástico color, en grandes televisores planos y con un enorme despliegue periodístico pre y post competencia. Días en que nuestros nietos, desde los 4 años, son capaces de generar en pequeños aparatos de bolsillo las mismas imágenes.

Pero hay una inmensa diferencia. Ellos nacieron en este marco alucinante de las comunicaciones. En cambio, nosotros los de más de 7 décadas de existencia, no salimos todavía del asombro que todo esto nos produce, recordando que somos de los tiempos en que la gran novedad eran los discos de 78 revoluciones por minuto, que al caerse se quebraban y que al sonar en las viejas victrolas se pegaban y Gardel se quedaba cantando el tango Volver, “con la frente marchí…marchí…marchí…marchí…marchí….

viernes, julio 20, 2012

LA INJUSTA FOBIA ANTI ARJONA



Asombro y desconcierto me causa la súbita fobia anti Ricardo Arjona que se ha desencadenado en ciertos países.
Si fuera porque algunas de las rimas del artista guatemalteco no están a la altura de algún grande de la literatura o de la poesía universal, decenas-más bien centenas- de "genios" musicales harían el ridículo.
Pero no es el punto.
Lo es que las canciones populares nos gustan por su cadencia, por su ritmo y algunas veces también porque nos encantan sus palabras, aunque no sean ellas de nivel superlativo desde la perspectiva poética.

En mi juventud, en plena efervescencia de la llamada “nueva ola” de autores, compositores y cantantes chilenos, un tema saturaba por su insistencia a las multitudes que lo escuchaban y coreaban. Su letra hablaba de las vicisitudes de una pera madura que “caerá, caerá, caerá” porque “es el amor”.
Con el criterio de los actuales críticos de Arjona, ese músico no solamente habría sido “funado”, sino que, posiblemente, condenado a la pena capital.
Pero el tema nos gustaba a todos y no nos hacíamos mayores problemas.

Creo que ha habido miles de canciones ultra populares por su todo, no obstante las deficiencias básicas y constantes de su estructura “poética”, pero a nadie se le había ocurrido “funar” a sus creadores. Comparativamente Arjona resulta un Neruda.

Este  sorpresivo afán de linchamiento artístico en contra del intérprete centroamericano no lo entiendo y me parece de una injusticia inmensa.


viernes, julio 13, 2012

Autos pequeños contra la crisis

Foto de:


Para un viajero ocasional la crisis europea no es fácilmente visible salvo en la disminución muy notable en el tamaño de los autos. En un reciente viaje, palpé que las inquietantes cifras de desempleo no son obstáculo para que los restaurantes mantengan en buen pie su actividad, lo mismo que las salas de espectáculos, junto con largas filas que anteceden la entrada de los turistas nacionales y extranjeros a museos.

Donde se observa en mayor medida un cambio importante es en el tamaño de los autos. 
Mientras en Chile siguen imperando vehículos de gran tamaño como los 4x4, en el viejo continente son hoy reyes los coches pequeños, por motivos de ahorro evidente en términos de combustible y de la consiguiente mayor facilidad de maniobra y de estacionamiento.Para qué hablar si se trata del precio de acceso al carro, como le dicen en algunos países de nuestro hablar hispano.


Según los entendidos, los autos chicos no carecen de elementos de seguridad frente a siniestros, como se podría creer, aunque pienso que hay determinados tipos de ellos que son demasiado estrechos como para que quepan además elementos precautorios en caso de colisión.
Pero el hecho evidente es que Europa vive una etapa de plena austeridad en el tamaño y características de los autos.


En todo caso, las nuevas especies de autos chicos, en su mayoría no lo son tanto como el que ilustra esta nota, pero tampoco crean que se trata de unidades mucho más grandes.




viernes, julio 06, 2012

La inmortalidad del cangrejo




Entre las explicaciones acerca de esta frase muy usada en Chile, pero de origen español, está aquella que asegura que divagar sobre la inmortalidad del cangrejo es pensar sobre mil cosas casi a la vez.
En verdad yo estaba pensando en mil cosas diversas, pero todas basadas en la pasión multitudinaria que genera el fútbol.

Pensaba en que no siempre se hace justicia en la cancha, ganando el mejor, como sí sucedió esta vez en la Copa Europea de Selecciones.
Desde mi infancia y adolescencia vienen los recuerdos del notable equipo brasileño de 1950, que no obstante su superioridad colectiva e individual cayó en la final ante Uruguay en el llamado Maracanazo en la Copa del Mundo. También del fantástico cuadro húngaro de Ferenk Puskas, el cual perdió la final en el Mundial ante Alemania en 1954, en Suiza. Hay cientos de ejemplos más. Por ello alegra que en Ucrania y Polonia esta vez haya ganado verdaderamente el mejor, la España de Casillas y de Iniesta.

También pensaba que en el Campeonato de Apertura 2012 en mi país, Universidad de Chile se consolidó con justicia absoluta por su campaña global como el campeón, logrando su tercer título nacional consecutivo, tras haber ganado la Copa Sudamericana hace algunos meses. Pero dentro del marco de los pensamientos vinculados con la supuesta inmortalidad del cangrejo, no pude evitar el recuerdo de los atroces errores referiles en esa finalísima de la U frente a O’Higgins de Rancagua. A mis gentiles lectores del extranjero, debo decirles que hasta bien entrado el segundo tiempo vencía de visita el elenco de Rancagua, ciudad situada a unos 89 kilómetros al sur de Santiago. Con ello se proclamaba campeón chileno por primera vez en la historia. El árbitro del partido, Enrique Osses, tal vez siguiendo la norma no establecida pero muy utilizada de querer sancionar un penal a favor de la U porque ya había cobrado uno para O’Higgins, tomó una determinación grotesca e insultante. Ante una acción de Marino, mediocampista de la U quién se tiró en el área rival sobre el defensa López que llevaba la pelota, simulando luego con aspavientos dignos del mejor actor de Hollywood que el infraccionado era él, Osses no solo dejó de sancionar la infracción de Marino sin sacarle amarilla por teatrero, sino que  ante el estupor de los rancagüinos y el frenesí de los hinchas azules … SANCIONÓ PENAL.
Ahí se derrumbó O’Higgins, empató Universidad de Chile desde los 11 metros 15 y sobre la hora el mismo Marino  marcó el 2-1, igual resultado de la ida en Rancagua, pero entonces favorable a los locales. En la tanda de penales O’Higgins perdió 4 de ellos-no leyó mal, fueron 4- y clasificó campeón la U tras las brillantes atajadas en este epílogo de su arquero Johnnie Herrera. En suma, a O’Higgins le faltó clase o estirpe ganadora de finales, atributos que le sobraron a su rival, aunque el insólito penal sancionado por el señor del pito ayudó a cambiar la historia.
Osses, considerado el mejor árbitro chileno en nuestros días (cualquiera podría pensar en cómo serán los demás), se había equivocado con cierta equidad, pero a la visita la demolió en dos situaciones puntuales y determinantes en el resultado final, como la injusta expulsión del defensa Barroso y aquel asombroso cobro de penal.


Hubo un entrenador que le decía a su arquero que está bien no atajar las pelotas que van hacia dentro del arco, “pero no lances para dentro las que van hacia fuera”. Parodiándolo habría que decirle a Osses que está bien que se equivoque en una jugada dudosa, pero que no sancione penal en una acción en que es el atacante quién infracciona al defensor.


Esto sucedió el pasado lunes 2 de julio y para los chilenos el tema podrá estar desactualizado, pero no para quienes solemos divagar acerca de la inmortalidad del cangrejo.

lunes, julio 02, 2012

Ancianos o "Teclitos"



Ya camino a las 8 décadas de vida, me cuesta a veces como seguramente a muchos en mi caso, asumir la condición de "teclito". Entonces, ¿qué queda para los con menos años?
He escrito sobre el tema alguna vez, pero voy a referirme nuevamente a la ligereza con que se encasilla a la gente en el "rubro" de la llamada Tercera Edad, o Adultos Mayores.

Cada madrugada veo los diarios matutinos de Chile por Internet, a excepción del que me llega al estilo "antiguo", en papel.
Hay uno muy popular, que emplea el lenguaje al alcance de todos, usando expresiones características de nuestro pueblo pero que no cae en descalificaciones ni excesos como otros de su estilo en diversos países. 
Se trata de La Cuarta, el cual arranca sonrisas por su desenfado e ingenio.

Hace unos días me quedé sorprendido cuando La Cuarta publicó un título que hablaba de un "teclito" que sucumbió de muerte en un hotel, mientras lo acompañaba una dama, supuestamente responsable de sus esfuerzos pasados de revoluciones.
Tras ver el título, busqué la información correspondiente a páginas interiores para saber qué edad era la del "teclito", expresión que en Chile es sinónimo de anciano.
Grande fue mi sorpresa al leer que el "teclito" en cuestión tenía... 63 años de edad.
Yo que ya tengo 76, me sentí de súbito ultra teclito.

En nuestro país, como en otros, los varones se jubilan a los 65 años (las mujeres a los 60), de modo que el infortunado teclito aquel podría haber estado todavía trabajando activamente y con todas las de la ley.
Todo esto me hace renovar la pregunta acerca de cuando la gente se convierte en "veterana", ¿será por primaveras vividas o por actitud mental?