martes, diciembre 27, 2011

2012

No corresponde otra cosa. A estas alturas del año que ya se va, quiero usar esta plataforma de comunicaciones para abrazar virtualmente a todos y cada uno de quienes me honran con su lectura.

Deseo que tengan, junto a sus seres queridos, un excelente 2012.

El que este sistema prodigioso de nuestros tiempos permite superar barreras, ciudades y países en forma que para nuestros antepasados hubiera sido considerada mágica, me permite extender mis brazos y sentir que ellos se prolongan por kilómetros y kilómetros, en muchos casos miles y miles, y que en forma simultánea llegan a otras comunas, otras ciudades y otras naciones.

En verdad, es un privilegio.

martes, diciembre 20, 2011

Leer el pensamiento, caos total

Todos los prodigiosos avances de nuestros tiempos, habrían sido impensables para nuestros antepasados comunes.

Mi nieto menor, de 4 años de edad, se maneja con el I-pad con una facilidad que me asombra. Sin ir más lejos, no imagino a mi padre fallecido en 1973, si volviera a la vida de súbito, comprendiendo de buenas a primeras esto de la cibernética, los blog y los post, los comentarios al pie, realizados muchas veces por personas desde miles de kilómetros de distancia, en el acto, amén de los chateos y las conversaciones con imágenes.

La evolución de la ciencia es cada día más prodigiosa y me temo que llegará el momento en que nuestros pensamientos podrán ser captados como quién lee el diario.

Eso será el caos.Porque si por diplomacia o por conveniencia no decimos muchas o algunas veces lo que pensamos ¿cómo lo vamos a hacer para ocultar nuestros pensamientos?

Desde un simple intercambio de ellos con la esposa, pasando por alguno acerca del jefe, serán factores de conflicto. Para qué decir a nivel de suegras, profesores, alumnos, choferes que no respetan nuestros derechos de tránsito o árbitros de fútbol, en un marco inacabable de posibilidades.

Si llegáramos a esos tiempos-ojalá todavía lejanos- el mundo dejará de ser vivible y todos empezaremos a añorar con fervor épocas menos avanzadas.

miércoles, diciembre 14, 2011

La U de Chile, en la cima sudamericana

Eduardo Vargas, delantero de la U, goleador de la Copa Sudamericana

Universidad de Chile acaba de obtener brillantemente la Copa Sudamericana de fútbol, al apabullar a Liga de Quito 3-0 en nuestro Estadio Nacional.
Ya había ganado la U en el mismísimo Ecuador por la mínima, 1-0.

Antes el equipo dirigido por el argentino Jorge Sampaoli había vencido a Nacional en Montevideo, a Flamengo en Río y en este caso por goleada, entre otros logros, como mantener el invicto tras tantas confrontaciones internacionales.

Simultáneamente la U ha estado arrasando en el torneo local, con el mérito enorme de hacerlo con muchos jugadores alternativos, para no desgastar a los que daban la batalla continental.

Me parece que con la notable victoria de Universidad de Chile, generada
a lo largo y ancho de Sudamérica, agregada al rendimiento en el torneo casero, y fundamentada en un irrenunciable afán ofensivo, se pulveriza una odiosa discusión. Si fue mejor o no el llamado Ballet Azul, que era la U de la década de los 60, pero que a nivel internacional no dio el ancho.

Esta U no solamente es lejos la mejor U de la historia, sino que uno de los equipos chilenos más rutilantes de todos los tiempos.
Para un fútbol nuestro acostumbrado a sinsabores eternos, esta generación azul llena de matices, calidad colectiva e individual, juego solidario y explosivo, el trofeo obtenido es todo un suceso.

Contrariamente al Ballet Azul, que está en los anales de la historia de este club y que deleitó a nivel local a sus hinchas por años y años, la enorme valorización que en nuestros tiempos adquieren los futbolistas gracias fundamentalmente a la caja de resonancia impresionante que es la televisión, el actual equipo será muy difícil de mantener, pudiendo quedar desmantelado por la danza de millones que nace en los países más poderosos en la materia, España, Inglaterra, Italia, Alemania y otros.

Sin embargo, lo hecho por el nuevo campeón sudamericano será imborrable y prevalecerá en el recuerdo de los hinchas.

10 partidos ganados, 2 empatados, ninguno perdido, 21 goles marcados, solamente 2 recibidos, victorias en suelo argentino, brasileño, ecuatoriano y uruguayo, en esta nación contra dos equipos distintos. Son cifras en la Sudamericana, que no consideran las logradas simultáneamente en el campeonato local.
Miles de partidarios de la U se encontraban esta noche en el Nacional. Pero pasarán los años y serán millones los que asegurarán haber estado presentes la noche en que con dos goles de Eduardo Vargas y uno de Gustavo Lorenzetti, el equipo de sus amores dio la vuelta olímpica.



martes, diciembre 06, 2011

Funerales con contratiempos

(Publicado en agosto de 2007)

Hace algunos días asistí a una misa fúnebre y al entierro del padre de una concuñada.
La primera de estas ceremonias tuvo lugar en una iglesia situada en la localidad de Calera de Tango, 24 kilómetros al sur de Santiago, mientras que el funeral se realizó en el Cementerio Católico, en la zona norte de nuestra capital.

A eso de las 11.15 horas, la triste caravana inició su recorrido desde la puerta de la iglesia, rumbo a la carretera a Santiago, conocida como Autopista Central.

Las dificultades empezaron cuando el conductor del vehículo del Hogar de Cristo que encabezaba el cortejo y que llevaba el cajón, se olvidó que era una caravana y, de súbito, se disparó por la autopista obligando a algunos émulos de astros de la Fórmula Uno de automovilismo deportivo, a "volar" literalmente tras el carro mortuorio.

El hecho es que la inicialmente nutrida y amalgamada caravana, con las correspondientes luces intermitentes encendidas para que otros vehículos respetaran el cortejo, se disgregó totalmente.
De súbito, de auto secundario, me vi convertido por las circunstancias descritas, en el vehículo guía de uno de esos grupos.

Al cabo de kilómetros y kilómetros en esa condición, por fin en medio del intenso tránsito metropolitano, dimos alcance a otro sector de la caravana y en esa "faena" cruzábamos ya fuera de la Autopista Central, por Vivaceta rumbo a Recoleta, incluso por semáforos en rojo, invocando tácitamente nuestra condición de caravana mortuoria.
Me sentí aliviado al dejar de ser cabeza de fila.
Pero en otro semáforo, que mis colegas al volante también superaron con roja ante el respeto de los demás conductores no involucrados, un vehículo que súbitamente se había insertado sin querer en el cortejo, se quedó detenido frente al semáforo, volviendo a desordenarlo todo.

De nuevo me vi como cabeza de grupo y en esas condiciones emprendí otra vez la marcha, aun cuando absolutamente desubicado acerca de donde me encontraba y por donde se accedía al cementerio.
De pronto me encontré en "un callejón sin salida" pero auténtico. Una calle sin salida, con multitud de autos detrás, confiados en mi supuesto conocimiento de la ruta, pero de súbito, "empantanados".

Fue de película la forma poco airosa y llena de problemas que tuvimos todos para desandar lo mal andado.
Al final llegamos a destino, alcanzando a ver la última paletada... tras la cual como en el poema, nadie dijo nada.